11 junio 2006
No corto pero cambio

La mayor parte de mis amigos, asisten aterrorizados a los cambios de imagen de una mujer, lo suelen ver como la punta de un iceberg que empezará a derretirse en breve provocando oleadas de reformas en su vida. Pues no, criaturas no. No voy a negar que en muchas casos un simple corte de pelo encubre un terremoto espiritual, pero en otras ocasiones, los cambios son pura frivolidad. No es mi caso, por supuessssssto, que no es que no sea frívola, que lo soy, para qué negarlo, y a mucha honra, que el exceso de seriedad es malísimo para la salud.
En realidad es que empezaba a cansarme de verme tan en negro y sin un miserable dibujito con el que entretener la pupila. Será cosa del verano, pero es que estos días no tengo cuerpo de tango, sino más bien de ron y maraca.
En realidad es que empezaba a cansarme de verme tan en negro y sin un miserable dibujito con el que entretener la pupila. Será cosa del verano, pero es que estos días no tengo cuerpo de tango, sino más bien de ron y maraca.
