26 junio 2006
La hoguera tiene lo que tú das

Pues sí. Un año más he sobrevivido a las llamas. El Ave Fénix, a mi lado, es un pardillo (en cualquiera de sus acepciones). Y este año he salido más indemne que de costumbre. Últimamente acumulaba una larga colección de torceduras, esguinces, quemaduras, depilados flambé...(amo el peligro, que diría la Inefable). Pero esta vez he logrado sobrevivir sin más daño que unas quemadurillas en las suelas, por otro lado inevitable cuando tienes que apoyar el pie en plenas brasas (sí, ya sé que lo de ir con zapatos es una mariconada, el año que viene intentaré hacerlo descalza).
El caso es que ando yo un tanto preocupada con este afán inmolador, esté lanzarme al fuego sin medida, que hasta cuando encienden un mechero a mi lado se me ponen las plumas de punta, y me pongo en guardia, preparada para saltar. ¿Qué cúmulo de faltas estaré intentando purgar (yo, que soy un ángel inocente)? ¿Es que en otra vida probé las llamas de la inquisición... y me gustaron?